miércoles, 23 de septiembre de 2015

Atardecer.

Cae la noche y con ésta mis ánimos. Me siento desgraciadamente solo. ¿Tengo motivos para estarlo? Supongo que sí pero no deberían ser tan acentuados. ¿Por qué estoy así? Siento ansiedad. Ganas de vomitar. El Sol se va y deja una pesada capa de amargura que no puedo descubrir. Me cae por todos lados y no me deja respirar. Estoy solo bajo esta manta y nadie parece venir a quitármela. Solo hay una persona capaz de hacerlo pero se ha ido. Ya no está. Estoy solo y soledad es todo lo que tengo. No parece que nadie vaya a venir a quitármela. Disfruto de los últimos rayos mientras mi ansiedad sigue aumentando. Casi no puedo ni respirar. Y encima sé que no va a leerlo. Nunca sabrá que esto estuvo aquí. Siento un temblor continuo en los ojos que me haría comenzar a llorar sin apenas esfuerzo. Qué coño me pasa.

lunes, 21 de septiembre de 2015

Adiós, verano.

Se acabó el verano. ¿Cómo jode, eh?

Normalmente nunca he sido de la opinión de "oh, verano, vamos a hacer cientos de cosas porque es una estación del año que blabla. Nunca he sido de ir a sitios. Nunca he sido de hacer grandes cosas. Pero este verano ha sido algo distinto. Comenzó con un festival al que fui con gente increíble y lo pasamos doblemente increíble. Yo que sé, al final son los momentos así con los que te quedas, ¿no? Y el verano terminó con otro festival al que no pudo ir la misma gente pero ha habido grandes momentos que han sabido mantener el listón de los carteles. He aprendido que una ciudad tan grande como Granada no es lo que quiero. Era feliz en mi Fuengirola tan pequeña y a la vez tan completa… Pero ahora empieza la “rutina”. La rutina de la que tanto estoy desacostumbrado. Quizás he perdido demasiado tiempo haciendo el tonto con los estudios. Quizás he probado lo que es el tener dinero al final de mes y poder salir como un rey sin que te falte de nada. Y ahora todo esto… Empiezan las movidas. Estoy compartiendo recreo con gente de 12 años teniendo 21. Y duele. Quizás ya se me ha pasado todo esto del estudiar. Son tantos los sueños que se han convertido en rotos que ya no sé ni quién soy ni qué quiero. Y era solo escribiendo cuando sabía calmarme y eso estoy haciendo. Aunque no sepa hacerlo como antes. Probablemente me levante algún día agradecido por todo lo que he pasado como he solido hacer. Pero ahora no siento eso. Me siento vacío. Y sé por qué es. Una de las personas que me faltó en el último festival fue ella. Dios, mi ella. ¿Qué podría ser sin ella? He olvidado qué era estar solo y cuando lo estoy me golpea tan fuerte que no sé mantenerme en pie. He encontrado una compañera con la que poder caminar sin rumbo apenas sin tumbos. Diría que he encontrado a lo mejor que podría tener a tan solo 3,5km de mi casa. Y no creo que haya tanta gente leyendo hasta aquí, pero es tan jodido levantarte unos pocos días sabiendo que no vas a verla. Que no vas a sentir su olor y su calor cerca de ti... La vida es siempre un círculo. O dos. Lo he pensado tantas veces que acabé por tatuarlo. Pero es tan genial su círculo tan cerca del mío que estos días sin ella me hacen sentir el invierno. Y yo que sé. Es una etapa jodida, supongo. Adiós, verano.




domingo, 23 de agosto de 2015

Sangre y semen Pt.1

Por aquel entonces yo solía mear sangre. 
 —Joder, pero qué es esto.
Una y otra vez hasta que te acostumbrabas. Pensaba en esa mierda casi cada día. Sabía que acabaría así pero no tan pronto. Nunca piensas que nada sea tan pronto hasta que lo tiras por la cadena. Y también al correrme.
 —Lo siento, no sé qué esto.
 —¡Dios joder, es asqueroso!
 —Es la primera vez. Supongo que tendría que ir a un médico.
 —Sabe fatal.
Una vez que ves su culo con una mezcla de sangre y semen te vienes un poco abajo pero todavía no es mi momento. 

lunes, 11 de mayo de 2015

Homicidio involuntario.

Lo cogió y sin más salió de casa. Se dirigió hacia la suya, Sabía que se encontraría allí, mirando su teléfono sonriendo, pensando que era tan grande que ni ella podría acercarse a plantarle cara. Estaba equivocado.



Llevaba ya algún tiempo siendo un poco extraño. Ella le seguía amando como el primer día pero por algún extraño motivo, él decidió someterla a una serie de pruebas diarias. Si las superaba, estarían juntos; si no, pues no. Ella no lograba entenderlo pero así era. Y él, tampoco lo entendía. Solo sabía que disfrutaba viéndola correr de un lado para otro, arrastrándose, y solo sabía que quería más y más aunque ella no pudiera dárselo. Y perdía. Perdía tantas veces que hacía semanas que no le veía un rato a solas. Llegó incluso a pensar que había otra. Nada tenía sentido. No entendía porqué ser así por la felicidad mutua. Solo sabía que debía pasar todas esas pruebas una y otra vez. 

miércoles, 25 de marzo de 2015

Amorfa.

 — Cuanto más tiempo estemos juntos más desfigurarás mi rostro. 
 — ¿Yo?
 — No, yo.

Desde el principio sabían cuáles eran las reglas pero aún eran jóvenes. Lo suficiente como para no responsabilizarse de sus cagadas. Poco hay que decir del principio que no se haya dicho ya en cientos de caras por cientos de años. Pasó el tiempo. Y como siempre el tiempo fue el que determinó todo. Puedes crear cualquier cosa y no alterarla jamás que el tiempo hará que se deforme hasta el punto en que no tenga que ver con nada anterior. Así pues, ella dejó de serlo. 

 — Oh dios mío. ¿Puedes ver mi cara? Estoy horrible.
 — ¿Qué ocurre?

domingo, 8 de marzo de 2015

La coma y el final.

Es intentar ser sencillo cuando todo se complica. ¿Quién no sueña con su vida sencilla? No saber mucho, no destacar mucho; vivir tranquilo y feliz con lo justo. No aspirar a más y tampoco quedarte a medias. Con lo fácil y placentero que es acabar una noche desplomándote por el alcohol en un colchón junto a sus piernas. ¿Fácil? 

Y una vez más me siento en aquella habitación. La que algún día me dieron y ahora están a punto de arrebatarme. El lugar donde me encuentro para ver que realmente todo sigue siendo una mierda y que los sueños de hace años siguen sin cumplirse. Que estoy en ese mismo punto. Y aunque seamos otros siguen los mismos problemas. Con lo fácil y placentero que podría ser.

lunes, 2 de marzo de 2015

Y eso es todo.

Simplemente aprendes a conformarte.
Hace algunos años creía que estaría en el peor momento que fuese a pasar. Tenía decenas de preguntas sin responder y solo salían más y más. Claro, llegas a un momento en el que piensas que todo es una mierda. Existencialismo y bla bla bla.  Nunca llegas a superar ninguna. Simplemente aprendes a conformarte. A comprender que todo son dos círculos. Lo que hoy está bien, mañana estará mal. Y al revés. Por siempre. ¿Es una mierda? Lo es. ¿Tiene solución? A medias. Cuanto antes aprendes a vivir con esto mejor. ¿Te pensabas que el final de tu adolescencia sería algún tipo de final a todas esas cosas? Olvídate, ahora empieza lo bueno.

A no saber dónde estás. A no saber qué pasará mañana. A la continua pregunta de si lo que estás haciendo ahora serás capaz de recordarlo en un futuro con una sonrisa. A sentir que el tiempo se escapa entre muertos. A pensar que estás en un continuo descanso. Sin hacer absolutamente nada. A pensar que sí, quizás hubo un tiempo en el que hacías cosas y te sentías vivo por ellas y era en ese tiempo cuando pensabas "joder sí, esto lo voy a recordar con una sonrisa", y ¿ahora qué? ¿Vas a recordar esto con una sonrisa? 

Es al final cuando no recordaremos lo malo y tan solo nos quedaremos con los momentos que repetiríamos una y otra vez. Para romper los círculos. Las preguntas van a seguir ahí. Las respuestas jamás vendrán. Pero bueno, realmente ¿a quién le importan? ¿Por qué íbamos a tener que controlarlo todo para ser felices? Tan solo somos colonos del siglo XXI. En un centenar de años tan solo seremos los que habitaron en los felices años veinte a ojos de miles de libros de historia. Y tú aquí comiéndote la cabeza.

Y eso, es todo.